2009-05-14

"Es preciso desaprender todos los nombres"

"No siempre hubo gárgolas en Beliston. Las gárgolas llegaron una noche de invierno en racimos, en bandadas, en un órden que sólo ellas conocían."

"Cuentan los habitantes más antiguos de la ciudad que cuando las gárgolas desembarcaron en Beliston no existían todavía las mujeres anfibias. Las anfibias aparecieron después, y hay quienes dicen que fueron inventadas por las gárgolas para que guardaran sus recuerdos, ..."

"Gárgolas. Así les dicen. Son seres y gestos que persisten desde los principios. Son instantes de detenimiento entre las olas de cobalto..."

Estos breves fragmentos pertenecen a una original novela, preciosa y pequeña: Las anfibias, el primer libro de ficción de Flavia Acosta. Una invitación a deslizarse hacia un mundo de nuevas formas y sustancias, descubriendo un lenguaje nuevo en historias que acontecen en ningún tiempo; donde cada palabra encierra el contenido y significado que le adjudique el lector, mientras esas mínimas historias te dejan en el aire y, posiblemente, con deseos de saltar la alta muralla de Beliston.

"Cuentan de una muchacha del otoño que, desoyendo a los sabios, salió a cazar cormoranes una noche, cuando todo calla y se esconde ... Apareció semanas después, caminando desde el desierto. Exhausta, demacrada, no recordaba ni su nombre ..."

Cada una cuenta una historia diferente en un idioma enteramente propio y personal.

"Todas las mujeres han caminado mil veces alrededor de los arroyos de sal. Todas conocen el sendero que conduce a la ciudad fortificada. Sin embargo, mientras las anfibias son constructoras febriles -elevan puentes, trazan mapas, establecen trayectorias-, las rapadas se concentran y practican mutaciones. Las anfibias cultivan, despliegan, cimientan. Las rapadas estabilizan, combinan, disciernen. En conjunto, catalizan las naturales tendencias de la ciudad: componen y confunden en un mismo movimiento."

"Las mujeres anfibias conocen:

que los cuerpos son ingobernables

...

que hay que olvidar todos los nombres"

"Ellas conocen los nombres -su promesa inaugural y su tendencia a corromperse- ...

"Disfrazados de personas, cumplían su papel como una compañía de teatro de máscaras, caricaturas convencidas, almas puras, burlescas, quizá demasiado impostadas ..."

"El milagro es fugaz, el rito es eterno."

6 comentarios:

Viv. dijo...

Viv, terrible despistada) Flavia Costa -no Acosta-, ...

Patricia dijo...

No lo conocia pero por la descripcion me parece precioso el libro "Las anfibias".
Las anfibias y las rapadas componen y confunden en un mismo movimiento...quizas muchas mujeres hacemos mucho y construimos mucho sin darnos cuenta creamos todo un mundo a nuestro alrededor de gran energia y grandes logros, pero tambien caemos en una debil confusion, como un instante de detenimiento...lo componemos y lo confundimos. Me gusto mucho la imaginacion, fantasia y arte en la que se narra.
besos,

Viv. dijo...

Yo interpreto ese instante detenido como parte de la memoria colectiva; las gárgolas son una metáfora de los recuerdos que ellas se empeñan en mantener vivos.
Historias que la memoria de los hombres no recoge; es todo un desvarío con mucho contenido.
Gracias por tu comentario, Patricia, cariños.

Tesa Medina dijo...

Voy a apuntarme este libro en mi lista de: "todos los libros que no me quiero perder".

Me parece que soy una mujer anfibia y que a veces me pierdo en esos desiertos y luego vuelvo y olvido todo lo ocurrido allí.

Mímate mucho, Viv.

Viv. dijo...

Es una lectura ideal para desconectarse y llevar al mar que te está esperando, querida Tesa!

Flavia dijo...

Hola. Viv: soy Flavia, autora de Las anfibias, y te agradezco mucho tu lectura y tus comentarios. Cariños!