2008-07-27

Conduciría aún con lluvia -pero estoy aquí- y daría ágilmente vuelta de página, una a una, hasta llegar a la del color que prefiero. El extraño malestar físico no me abandona y desde hace varios días no desdeño de su compañía, su impaciente presencia y nuestros silencios.
Su expresionismo me seduce cuando habla con los demás, al igual que esa inusual mirada tierna. (Te comportás diferente cuando excepcionalmente me quedo en casa) Imposible evitar alguna señal de debilidad cuando al incorporarme todo en la sala gira como si me hubiera tomado un litro de vodka. -Nunca tomé tanta pero me comentaron que así se siente- Parece increíble, como un hombre se contenta una tarde vegetando absorto frente a las imágenes de unos tipos corriendo tras una esfera -siempre tras algo redondo-, con un jarro helado en sus manos y sabiéndose necesitado - temporalmente- por una mujer que hoy se muestra un poco frágil.
Esperaba pasar de este momento para postear pero, como ven, cambié de idea. Aquí anclada, temerosa de ir más allá de la puerta, dependiente, necesariamente agradecida -aunque no lo parece- y deseosa, de salir "a tierra firme" -hehee- y fantaseando en dar un buen puntapiés. (Eso vendrá después, quizá en unos días o en un par de horas)
Quien sabe.

2008-07-20

"Algo así...", respondí; "quizás"...; y, finalmente: "más o menos". La interrogante dirigida sobre mi estado civil lo dejó con más dudas... La noche transcurrió tranquila, no siguió cine a la salida del restaurant. La cama fué solo mía -la exclusividad me durará poco- y el sueño no me hizo esperar -como siempre-. (En la tarde desembarcarán maletas rumbo a esta dirección) Te dejo a "Pelo", deseoso de darte la bienvenida. "Hay que bajarlo al parque"; "Avisáme a qué hora vuelvo a cenar", ... no se me olvida anotarte nada más, creo. Mucha gente se pregunta cómo podemos vivir así... Para mi gusto nuestra relación marcha bien. Vamos por caminos diferentes; ocasionalmente coincidimos: en el cruce. Los viejos amigos -que ya no frecuentamos- nos llaman a menudo y ponen énfasis en la alegría que les provoca el que seamos la pareja que aún sobrevive desde entonces. (Durante los últimos seis años sus vidas han dado giros insospechados.) En la mía, cambiaron los paisajes, geográficos y humanos, pero, básicamente hago lo de siempre: diferentes cosas. Allá lejos, están las páginas de idilios, de adolescencia... Y no estoy hecha para tantas abstracciones. Salgo a tierra firme, se a dónde me dirijo. Nada espero. De nadie.

2008-07-12

Irreverentes, pasados por mar, y, ardientes, pese a tanta agua. Inspirados en clandestinos encuentros con Matilde en Atlántida, escritos en La Sebastiana o en Isla Negra, bañados por el mar de Isla de Capri... Salidos de su puño excéntrico, libertario... "Versos del Capitán." Me reconozco en su amor incondicional al azul profundo: "No hay más estrella que el mar", escribió aquel chileno nacido un 12 de julio. Disfruté visitar sus casas-museo, releer sus anécdotas -reales o inventadas-, su descripción magistral del entorno que lo vió crecer. Puede o no gustarte la poesía pero no te resultará indiferente la personalidad de Neruda. Pertenece a "esa otra creación"; una vez que te sumerjas en sus aguas ya no querrás salir.

2008-07-05

Durante esta semana he tenido la suerte de recibir una avalancha de buenas noticias. Y no me refiero solo a las vinculadas directamente a mi persona: mis amigos/as están contentos, -en general- motivados, los veo vivir el HOY; en resumen, diría que se respira un aire mejor en mi ambiente laboral, en las reuniones particulares... "Tenés un andar feliz", me rumoreó uno por ahí... Estoy bastante descreída de aquel ideal de "felicidad" artificial que se nos vendió en libros, en base a ejercicios y meditación; hasta mediante un estilo de alimentación -¿quién no se enroló a los hábitos macrobióticos?- ... Hoy día me importa un pepino ese rollo de la felicidad. Me interesa vivir sin estorbar pero sin ponerme la máscara de la complicidad ante todo el mundo las veintitantas horas. (También descreo que sean 24; son apenas algunas y monedas) Se me antojó esta tarde caminar la ciudad, ser transeúnte y mirar. El aire húmedo, casi cálido rebeló a mi cabello tan dócil en apariencia, tan camufladamente prolijo... Quizá ese sea el punto del "feliz andar".